Cuándo fracasa -o triunfa- la co-creación

Ya hemos hablado de las ventajas de la co-creación en entornos complejos, y su papel innecesario en entornos simples. Aunque como dice un dicho africano, "si quieres llegar rápido, camina sólo; pero si quieres llegar lejos, camina con otros"...

Suponiendo por tanto que una aproximación de co-creación sea oportuna, debemos ser muy conscientes del punto desde el que operaremos el mecanismo de creación (ver post anterior). En caso contrario, el resultado será un "monstruo": ineficiente, sin alma y de efectos nocivos en cualquiera de los elementos de la "triple cuenta" (ambiental, social, económico).

Por ejemplo, no vale la pena trabajar la co-creación en el que se sustraigan del proceso compartido cualquiera de sus fases previas o posteriores: inteligencia de mercado, toma de decisiones o implantación. Esta inconsistencia suele señalar a los procesos que buscan el toque "exótico" o de "imagen". Y no están los tiempos para esto.

Un paso adelante: el design thinking

El design thinking sí avanza un nivel en procesos co-creativos, porque abre la fase prospectiva. Al dato racional se une la vivencia ("co-sentir" a las personas), incorporando herramientas como la entrevista en profundidad y procesos de inmersión en la realidad de la vida de las personas. Esta aproximación empática ("corazón abierto")permite dar respuesta a necesidades reales. Algunas herramientas complementarias como el visual thinking permiten extraer insights de nuestra inteligencia más profunda. El resultado suelen ser prototipos desarrollados desde una realidad multistakeholder que se perfeccionan en procesos de testeo y realimentación.

Pero la verdadera co-creación -aquella que hacer emerger el mejor futuro posible- no se alcanza sino llevamos al sistema a trabajar en un plano más profundo que el de "co-sentir" y"co-crear". Scharmer lo denomina "co-presenciar", y consiste en la voluntad de acceder colectivamente a le mejor posibilidad futura.

La co-creación en la perspectiva de la Teoría U



El primer cambio es que no hablamos de "herramientas", sino de una "disciplina", que exige un cambio personal y cultural en las organizaciones. También será un proceso a largo plazo si hablamos de accionar un sistema (una comunidad, una ciudad, un lab multisectorial, un país...).

Aquí no valen soluciones de maquillaje ni de compromiso. Liderar en estos niveles implica un proceso profundo de transformación personal y colectiva que otorga nuevas prioridades. Emerge el intra-emprendedor y el lider-host (anfitrión de espacios de innovación). Se "dejan ir" "posiciones" y se "deja entrar" aquello que, como personas y como organizaciones, hemos sido llamados a crear.

Retomemos por tanto el proceso que el design thinking dejaba incompleto:

Empezaremos el nuevo proceso ("co-iniciar"), desde preguntas que enfoquen nuestro verdadero propósito e identidad colectiva. ¿Que te inspiró a dedicarte a esta profesión? ¿que inspiró al fundador de tu organización? ¿sobre qué fundamentos construímos la sociedad? IDEO, la organización que popularizó el design thinking, dice sobre esto: "the quality of the creative process is a function of the problem statement that defines your starting point". La entrevista en profundidad mediante indagación apreciativa es una herramienta usual en este proceso.

Es fácil entender que este nuevo proceso de co-creación tiene un balance muy distinto de tiempos, y que no es un proceso secuencial lineal, sino una "danza".

El siguiente proceso, "co-sentir", implica escuchar al entorno con mente abierta, escuchar a otros con corazón abierto, escuchar a uno mismo y al sistema con voluntad abierta de activar la fuente de poder. Solo cuando el sistema ve lo que se está haciendo así mismo, estamos listos para avanzar.

Finalmente, cultivaremos el ejercicio de la libertad y el poder. Entrenaremos al individuo, la organización, el sistema, etc. a "actuar en el instante". El director de marketing, el político, el empleado sin poder ya no es tal: es un ciudadano-persona con conciencia plena de su poder y responsabilidad en el sistema y con voluntad de emplearla. Igual podemos decir al resto de niveles. Sabemos que actuamos en esta fase cuando no hay voluntad de manipulación en nuestras acciones, simplemente, hay conexión que se construye desde identidades con claros valores y principios (principios de la organización caórdica).

Sólo si "vemos" desde este plano profundo y a la vez tenemos preparada (espacios fluidos de innovación) y entrenada (disciplinas de pensamiento, diálogo, organización y coordinación) la voluntad colectiva, podemos empezar un verdadero proceso de co-creación.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Acelerando los procesos de open-innovation con un Pro-action café

Transformando comunidades: el verdadero reto del sistema de salud

Mindfulness: de las aulas a los profesionales de las organizaciones